16/2/15

la importancia de la estabiliadad, el amor paternal (o maternal) y el pelo bonito

Esta es una traducción de un texto publicado en Children Deserve Families que cuenta la experiencia de la madre adoptiva de una niña nacida en Congo y su proceso de vinculación a través de el pelo y la piel de su hija, algo que a muchas madres (y algunos padres también) les crea mucha preocupación al adoptar una niña (y también algún niño) afrodescendiente, y como afecta todo ello a la autoestima. El texto original puede leerse aquí.


Durante las dos primeras semanas me asustaba peinar el pelo de mi hija congolesa. Afortunadamente era muy corto, así que la necesidad de desenredarlo no era acuciante. Aun me daba miedo darle tirones. O romperlo. O no ponerle suficientes productos. O demasiados. O no en el momento adecuado. Realmente pensaba demasiado en ellos y me creaba mucha ansiedad. únicamente la lavaba el pelo con acondicionador y le ponía aceite de coco.


Al final me atreví a preguntar a otra madre adoptiva cómo debía peinar su pelo. Me dio un bote de un acondicionador enriquecido con manteca de karité y hábilmente lo puso por todo el pelo de mi hija, de 2,5cm de largo. Y así empezó nuestra rutina diaria, mi hija de un año y medio se distraía con el iPad mientras yo empezaba a conocer su pelo.


Le dije cómo eran de bonito sus pequeños y apretados rizos y lo mucho que me gustaban, y cada centímetro de ella, mientras le enjabonaba suavemente el pelo. Terminaba esparciendo el exceso de crema hidratante por su sus pequeños brazos y piernas. A los pocos días ella empezó su propia rutina post-rutina para el pelo.


Arqueaba los hombros y la espalda, perezosamente se estiraba para acariciar su pelo afro, y entonces despacio esparcía la crema hidratante por sus brazos. Entonces arriba y abajo por las piernas. Esta pequeña bebé se contoneaba y pavoneaba en medio de nuestro apartamento de Kinshasa. Cada movimiento y mirada de reojo me decía claramente: "Soy bonita".



Durante esa visita de un mes, vi con un asombre loco de amor como los últimos días de su época recién nacida se iban y eran reemplazados por la tierna confianza de una niña/bebé. Aunque la injusticia de ser separada de ella* me quita el aliento, estoy muy agradecida de haber podido transmitirle lo bonita que es durante esta transición. Ella absorbió esta admiración y amor igual que su pelo absorbió la manteca de karité. Mi hija sabía que yo no era una simplemente otra cuidadora, sabía que la quería de una forma obsesiva, irracional e intensa. Sabía que finalmente su mamá había llegado.

Y esto enfatiza como el no poder llevarnos a nuestros hijos no es solamente injusto sino que es muy perjudicial para nuestros niños. Lo sabemos no únicamente desde nuestra intuición como padre, sino por científicos,  responsables políticos y niños que han estado dentro del sistema de protección de menores. Cada año, el Congressional Coalition on Adoption Institute  publica Foster Youth Internship Report, una recopilación de recomendaciones sobre políticas hacia la infancia desarrolladas por jóvenes que han pasado tiempo en el sistema norte-americano de acogimiento. Una de las recomendaciones de este año es "Incrementar la estabilidad y permanencia de bebes y niños pequeños en el sistema de protección de menores". Un tercio de los niños en el sistema de protección de Estados Unidos tienen entre 0 y 3 años y la ciencia del desarrollo del celebro explica que emplazar a un bebé o niño pequeño con un cuidador permanente durante este periodo de tiempo puede determinar si ese niño va a tener éxito en la vida.

La mayor sorpresa de ese mes con mi hija fue como de rápido un niño puede apegarse, profundamente y significativamente, con sus padres adoptivos. Durante la preparación para la adopción, nos dieron muchas clases y leímos incontables libros y otros recursos,  muchas veces nos avisaban de los peores escenarios en los que no podíamos encontrar. Así que esperaba que el apego sería difícil, lento, dubitativo. Pero fue natural y simplemente pasó. Y esto me hizo ver claramente que no permitir la salida de estos niños de RDC les ha costado más de lo que nadie puede imaginar.


NOTA* Alguna familias americanas durante el último año se han encontrado que después de obtener la adopción legal de sus hijos e hijas en Congo, el gobierno americano no les ha concedido el documento que les permite viajar con ellos a Estados Unidos.


Cosas que escuchan nuestr@s hi@s 





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