18/6/14

la perspectiva de una adoptada: cómo es crecer siendo adoptada

Os traemos en esta ocasión otra traducción. Se trata de un texto escrito por una adulta adoptada que está en estos momentos intentando encontrar a su familia biológica. Es una reflexión sobre como ha vivido ella el hecho de haber sido adoptada y cómo se ha sentido durante las distintas etapas de su vida.

Como siempre que traducimos un texto, éste no representa las ideas de la web o de las personas que participan en este blog, únicamente lo traducimos para que sirva de reflexión y para mostrar distintos puntos de vista de distintas situaciones relacionadas con la adopción.


Es el día 12 de Enero de 1980. El hospital es Valley Hospital en Ridgewood, Nueva Jersey. La hora la una y seis minutos de la madrugada. Una niña llega a este mundo. Su madre quizás pudo tenerla en brazos un pequeño instante, sentir su pequeño cuerpo sobre el suyo por un momento. Y quizás no tubo esta oportunidad. Quizás su madre decidió no hacerlo. El enfermero pudo habérsela llevado inmediatamente, ya que quizás el dolor era demasiado grande. Solo la madre y los enfermeros saben qué pasó esa mañana.

El bebé fue llevado a una casa de cogida en Ridgewood, Nueva Jersey donde estuvo durante un mes. EL 13 de Febrero de 1980, en la ciudad de Ellicot, Maryland, una familia recibió una llamada de teléfono de una Agencia de Adopción. Había una pequeña niña esperando para formar parte de su familia. La llamada llegó de sorpresa. Dos años antes a esta llamada, la familia adoptiva había sufrido la pérdida de su hija de una semana de vida. Habían decidido adoptar en Noviembre de 1979, pero no esperaban un milagro tan rápidamente.

El 14 de Febrero de 1980, ese pequeña niña pasó a formar parte de la familia. Esa niña era yo.

Cuando tenía 4 años, mis padres me sentaron y me dijeron que era adoptada. Entendí lo más que puede entender una niña de 4 años, y continué con mi vida cómo si nada hubiera pasado. A los 6 años empecé a entender que mi madre adoptiva no me había dado a luz. Pero mi familia adoptiva seguía siendo mi familia.

Durante la educación secundaria empecé a cuestionarme quien era yo y quienes eran mis padres de nacimiento. No pasé mucho tiempo pensando en que era adoptada pero algunas cosas que sucedían activaban mis preguntas. La fecha de mi cumpleaños y la de mi adopción era dos días en los que mes sentía agradecido por mi familia, pero en los que tenía momentos de tristeza y asombro. Me preguntaba "¿Piensa mi madre biológica en mi?" "¿Qué estará haciendo ahora?" "¿Porqué me entregó?" "Si no hubiera sido adoptado ¿habría sido diferente mi vida?"

A medida que se sucedían distintos acontecimientos en mi vida estas preguntas estaban en mi mente. En mis graduaciones en la escuela y en mi boda no podía sino preguntarme que pensaría mi madre de nacimiento. ¿Estaría orgullosa? Estos pensamientos han estado siempre conmigo pero han sido cada vez más importantes a medida que he ido creciendo. Ahora, a los 33, estos pensamientos están cada día conmigo.

He tenido conversaciones con personas que no ha entendido porque estos pensamientos están siempre en mi mente al haber sido adoptada tan pequeña. No importa a qué edad te han adoptado, los hechos siguen siendo los mismos: Tu madre de nacimiento escogió darte. Quizás sabes el porque, quizás no. Si no lo sabes, quizás te preguntes porque toda tu vida. En algunos casos - como en el mío - no conoces tu historial médico, quien es tu familia biológica, o de quien sacaste tus características físicas. Me siento como un puzle al que le faltan piezas.

El último acontecimiento que me ha hecho pensar en mi familia biológica ha sido el nacimiento de mi segundo hijo, ahora tiene 18 meses. Él es el segundo lazo genético con el que me he identificado. Un día, quizás descubra los lazos genéticos que me unen a mi familia biológica. Hasta ese día, estaré agradecida por la fantástica familia que me adoptó y la elección desinteresada que hizo mi madre de nacimiento la mañana del 12 de Enero de 1980. 


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